martes, julio 24, 2007

TATITA TE QUIERO MUCHO

Tres semanas en el hospital San José y mi abuelo de casi 86 años quedó traumado con la negligente atención del personal… Tercer Piso sector de Traumatología…

El primer día que lo visité luego de su fractura de cadera, sus sábanas estaban con deposiciones, no le habían pasado la chata, ya que pese a sus constantes solicitudes se vio en la obligación de hacer en la cama… Como decía, las sábanas estaban sucias y aunque sabía la respuesta fui hasta el mesón central junto a mis hermanas para pedir sábanas limpias.

Desde la mañana estaban pidiendo, pero no había – esa fue la “amable respuesta” - mientras, mi mamá que es auxiliar paramédico, estaba realizando el aseo genital correspondiente a mi abuelo, ya que nadie se dignó a hacerlo… Total!! es un viejo…

Me recordaba lo que sucedió en la Posta Central con mi abuelita María, cuando mi mami la encontró mojada con orina hasta el cuello, mientras esperaba una mejor atención en el pasillo.

Pero bueno, sus cinco hijas compraron pañales para mi abuelo, aunque debieron seguir realizando el aseo genital en las cortas visitas desde una a cinco de la tarde (La extensión del horario se debe a que según una auxiliar del hospital, es labor de la familia bañar a los pacientes)

Queríamos cambiarlo a pensionado, pero no habían camas… Tal como lo había señalado el presidente del Colegio Médico estábamos en situación de emergencia… Qué más da!!

Eso no es todo, porque el primer día que llegó a ese “digno” lugar, mis tías preguntaron si era necesario llevar los medicamentos… no era necesario según las enfermeras… al día siguiente mi abuelo estaba bastante alterado… no le habían dado el Rabotril que debe tomar dos veces al día, de lo contrario se desorienta y se altera… La respuesta: Ese remedio tenía que llevarlo la familia.

Ahora mi abuelo necesita urgente de nuestro cariño y es obvio, sobre todo luego de recibir las amenazas de uno de los pacientes quien dijo que le pegaría con un fierro en la cadera si seguía quejándose.

Además, uno de los días que se desorientó, quiso bajarse de la cama y para evitarlo - algo que entiendo debían realizar - lo amarraron a la cama, pero según mi abuelo una de las personas se sentó en su mano para afirmarlo… junto con esto, la suavidad y la psicología no es la adecuada, ya que mi abuelo cree que lo asaltaron al interior del hospital.

Al doctor nunca lo vi, la única ocasión en que se podía conversar con él era todas los días desde las siete a las nueve de la mañana, una de mis tías fue en esos horarios, pero nunca recibimos respuestas concretas.

Lo operaron al cumplir tres semanas exactas luego de su fractura, lo dieron de alta dos días después y en las últimas horas llegó el kinesiólogo para hacer los ejercicios correspondientes…

No sé si esto que escribí sirva de algo, pero no pretendía quedarme callada mientras escucho a mi abuelo cuando recuerda lo que vivió en ese “centro de atención” y se pone a llorar…

Durante todos esos días sentí impotencia, al igual que toda mi familia, pero cuando pasan ese tipo de cosas no se sabe a dónde recurrir…

Karina Albornoz
Periodista

jueves, julio 19, 2007

MUDA

Prefiero ser amiga del silencio y evitar el dolor en mi vientre

Prefiero ser amiga del silencio y evitar esa cara de pregunta...


La estupidez abunda y la falta de tolerancia es pan de cada día


No es posible conversar, hablar con quienes debieran comprenderte más que nadie...


Prefiero ser amiga del silecio, hacer la conocida ley del hielo y conversar con mis propios sentimientos, sacar conclusiones con mi propio corazón, responder con mis ojos lo que mis palpitaciones reclaman...


Prefiero ser amiga del silencio y no pedir más una
audiencia...


No quiero pedir audiencia con aquellos sordos a mis súplicas, opiniones a las palabas que quiero entregar para no caer en el prejuicio...
Si prefieren que sea prejuiciosa mejor dilo y guardaré silencio ante tí.... No te odio, sólo me duele que no quieras escuchar...